Reloj de pulsera de cuarzo

Un reloj de pulsera de cuarzo es un reloj electrónico cuya base de tiempos o fuente de frecuencia se basa en un pequeño cristal de cuarzo, que vibra con una frecuencia de resonancia estable, alimentado por un campo eléctrico oscilante generado por un circuito electrónico. Los relojes de pulsera de cuarzo funcionan gracias a una pequeña pila de botón y pueden mostrar la hora en formato analógico, digital o mixto, usando manecillas y números.

Reloj de pulsera de cuarzo

Características de los relojes de pulsera de cuarzo

Un reloj de cuarzo es un tipo de reloj electrónico cuya base de tiempos es una pieza de cuarzo que genera los impulsos necesarios a intervalos regulares que permitirán la medición del tiempo. El cristal de cuarzo se ubica en un cilindro metálico cuya función es proteger el mineral. Para que el cristal de cuarzo vibre, debe ser alimentado por un campo eléctrico oscilante generado por un circuito electrónico. Los primeros relojes de cuarzo salieron al mercado en la década de 1970.

La alimentación eléctrica necesaria para activar el cuarzo es suministrada usualmente por una pequeña pila de botón instalada en la caja del reloj de pulsera. También existen modelos de relojes de cuarzo automáticos que carecen de pila, en los que el movimiento de la muñeca del usuario mueve un generador que alimenta un mecanismo eléctrico, en lugar de dar cuerda como ocurre en los relojes automáticos de movimiento mecánico.

Así pues, a diferencia de otros relojes en los que la base de tiempos se fundamenta en medios físicos o mecánicos, como el reloj mecánico, el reloj de agua o el reloj de arena, en los relojes de cuarzo la fuente de frecuencia es un oscilador electrónico de cuarzo.

El cuarzo estabiliza la frecuencia que servirá para dar una medida del tiempo. La vibración del cuarzo producida por el circuito electrónico genera una nueva señal que realimenta el circuito electrónico, corrigiéndose así las desviaciones de frecuencia que pudieran producirse respecto a su valor nominal. La frecuencia natural de oscilación de un cristal de cuarzo puede ser seleccionada por el fabricante, ya que depende tanto de su forma como de su tamaño. Usualmente la frecuencia nominal es de 32.768 Hz.

Los relojes de pulsera de cuarzo convencionales suelen tener una inexactitud de +/-1 segundos/día (se atrasan o se adelantan como máximo 1 segundo por día), mientras que los cronómetros presentan valores de +/-0,02 segundos/día. Por dicho motivo, es poco habitual tener que ponerlos en hora, ya que apenas se atrasan o adelantan 1 segundo al día. Los relojes de cuarzo son más exactos que los de movimiento mecánico, que presentan una inexactitud de +/-15 segundos/día en las versiones convencionales y +/-3 segundos/día en los cronómetros.

Debemos destacar que los relojes de cuarzo no siempre son digitales, sino que son también muy habituales los relojes de cuarzo con mecanismo de agujas. Al contrario que los relojes de pulsera mecánicos, en los que la hora se muestra siempre en formato analógico, en los relojes de pulsera de cuarzo la hora se puede mostrar en diversos formatos:

  • Analógico: sólo tiene manecillas.
  • Digital: sólo tiene números para leer en su pantalla LCD.
  • Mixto: tiene manecillas y números en la pantalla LCD.

Los relojes de pulsera de cuarzo tuvieron un fulgurante éxito comercial, debido a su comodidad, precisión, bajo coste y funciones antes reservadas a relojes de alto precio, como alarmas, cronógrafos o calendarios que no requieren ajuste.

Con la aparición de los relojes de pulsera de cuarzo el reloj mecánico tradicional fue desplazado comercialmente en gran medida. Actualmente, muchos fabricantes utilizan el cuarzo para sus modelos económicos, y los movimientos mecánicos para sus series de gama alta.

Sin embargo, sobre todo en los relojes de precio más alto, los relojes de cuarzo no entusiasman a los aficionados a los relojes de pulsera en la misma medida que los relojes mecánicos, a pesar de su mayor precisión y menor precio, debido a que los relojes de movimiento mecánico brindan cierto estatus a quien los emplea y poseen un encanto especial.