Un disco duro (HDD, Hard Disk Drive) es un dispositivo de almacenamiento de datos que utiliza medios magnéticos para almacenar y recuperar información digital. Los discos duros utilizan uno o más discos rígidos de rotación rápida recubiertos con material magnético, que están emparejados con cabezas magnéticas, usualmente dispuestas sobre un brazo móvil, que leen y escriben datos en la superficie de los discos. Los discos duros son un tipo de almacenamiento no volátil, ya que conservan los datos almacenados incluso cuando están apagados.
Características de los discos duros
Un disco duro (en inglés Hard Disk Drive, HDD) es un dispositivo de almacenamiento magnético que se emplea para almacenar datos digitales. Estos dispositivos se emplean para almacenar tanto los datos principales de un ordenador, como el sistema operativo y aplicaciones, y los datos generados por el usuario, como documentos y archivos multimedia.
Aunque actualmente se ofrecen también como “discos duros” las memorias flash (SSD) y las memorias híbridas (una combinación de SSD y disco duro), el término HDD hace referencia a los dispositivos magnéticos compuestos por uno o más discos rígidos, unidos por un mismo eje que gira a gran velocidad dentro de una caja metálica sellada. Sobre cada disco y en cada una de sus caras, se sitúa un cabezal de lectura/escritura que flota sobre una delgada lámina de aire generada por la rotación de los discos.
Existe una gran variedad de discos duros, en el mercado se pueden adquirir discos de diferentes tamaños, capacidades de almacenamiento, velocidades e incluso diseños. Hay disponibles discos duros internos y externos. Los discos duros internos suelen ser más baratos que los externos, pero es necesario que el usuario o el proveedor los monten en el ordenador.
Los discos duros internos vienen incorporados dentro del ordenador, siendo una parte vital de éste, al ser el contenedor del sistema operativo y el principal lugar de almacenamiento de datos del usuario. Estos discos requieren estar conectados a la fuente de alimentación del PC y a la placa base, su conexión se hace a través de puertos SATA o IDE, aunque estos últimos ya han quedado en gran medida relegados, debido a que ocupan más espacio y tiene una tasa de transferencia de datos (133 MB por segundo) mucho menor a la de SATA (hasta 3 GB por segundo).
Los discos duros también pueden ser externos, que son usados principalmente para el transporte de datos entre distintos ordenadores o el almacenamiento de gran cantidad de información. La conexión de este disco al ordenador se logra por lo general a través de un cable USB, aunque también se puede hacer por otros medios como FireWire o eSATA. Muchos discos duros externos utilizan la alimentación de corriente del ordenador a través del mismo cable que los conecta al PC, mientras que otros es preciso conectarlos a la alimentación eléctrica mediante un conector por separado. Los discos duros externos se comercializan en distintos tamaños y en diseños llamativos, siendo su principal ventaja que se puede transportar y conectar a otro ordenador fácilmente.
Respecto a la capacidad de los discos duros, la capacidad de almacenamiento de un disco duro se mide en gigabytes (GB) o en terabytes (TB). La capacidad es uno de los aspectos en los que más han avanzado estos dispositivos, el primer disco duro pesaba una tonelada, ocupaba el espacio de una nevera y solo podía almacenar 5 megabytes (MB), en la actualidad ese espacio es millones de veces mayor. Un GB es igual a 1000 MB y un TB es igual a 1000 TB.
En cuanto a los formatos, los discos duros para PC de sobremesa (con un tamaño de 3,5 pulgadas) suelen tener un formato más grande que los destinados a portátiles, que utilizan discos duros más pequeños de 2,5 pulgadas. Los modelos más pequeños suelen ser usados también en reproductores multimedia y miniordenadores y como discos duros externos.