La recarga inalámbrica o recarga inductiva es una transferencia inductiva de energía, que consiste en transferir electricidad a través de ondas, mediante una base de carga sobre cuya superficie se colocan los dispositivos a recargar. Actualmente se están desarrollando sistemas de recarga inductiva para implementar este tipo de sistemas de recarga en vehículos eléctricos, tanto en el hogar como en las vías públicas.
Recarga inalámbrica
La transferencia inductiva de energía (Inductive Power Transfer, IPT) se basa en una base de transmisión y una almohadilla de recepción en el interior del dispositivo eléctrico, de tal manera que se transmite la energía a través de la resonancia magnética. Para transmitir la energía, el dispositivo únicamente tiene que estar cerca de la almohadilla para recargar su energía. Por otra parte, esta tecnología permite también invertir el flujo de energía y que el dispositivo pueda devolverla a la red.
En el caso de los coches eléctricos, para la recarga inalámbrica de vehículos eléctricos (Wireless Electric Vehicle Charging, WEVC) la plataforma de transmisión está ubicada en el suelo, mientras que la almohadilla de recepción está en el interior del coche. Las plataformas de carga se pueden instalar en cualquier sitio, ya que el impacto de los puntos de carga sobre el entorno es mínimo. Además, dado que el sistema carece de piezas móviles o contactos, su desgaste es mínimo y la durabilidad elevada. Por otro lado, es un sistema seguro, ya que el efecto de la resonancia magnética sobre los usuarios es similar al de un cepillo eléctrico.
La recarga inalámbrica de vehículos eléctricos cuenta con dos tipos principales de sistemas:
- Sistemas estáticos o estacionarios: se utilizan para cargar un vehículo mientras está estacionado, ya sea en la vivienda o en la vía pública.
- Sistemas dinámicos: permiten cargar un vehículo mientras está en movimiento. Los denominados vehículos OLEV (Online Electric Vehicles) son vehículos eléctricos que se recargan por inducción mientras circulan, por medio de un sistema de cables subterráneos.
La tecnología de recarga inalámbrica de vehículos eléctricos utiliza la resonancia magnética para acoplar la energía desde la base de carga (Base Charging Unit, BCU) a la unidad de carga del vehículo (Vehicle Charging Unit, VCU), de tal manera que la energía que se utiliza para cargar las baterías del coche se transfiere desde la base de carga al vehículo mediante el acoplamiento magnético.
Veamos las principales ventajas de la recarga inalámbrica de vehículos eléctricos:
- Conexiones protegidas: la principal ventaja de la carga inductiva del vehículo es que no existe la posibilidad de descarga eléctrica, ya que no hay conductores expuestos. Esto también evita la corrosión de los dispositivos, ya que están protegidos del agua y el oxígeno de la atmósfera.
- Durabilidad: al no ser necesario conectar y desconectar el dispositivo constantemente, se reducen los desgastes y se incrementa la durabilidad del sistema.
- Inclemencias meteorológicas: la instalación no se ve afectada por las inclemencias meteorológicas, como la lluvia, la nieve o el hielo, pues el campo magnético se produce únicamente cuando hay otro vehículo con una bobina secundaria parado encima.
- Seguridad: la recarga inalámbrica no supone ningún tipo de riesgo para los seres humanos o para los animales, ya que esta tecnología cumple con los estándares internacionales de salubridad para campos magnéticos.
Respecto a las desventajas de la recarga inalámbrica de vehículos eléctricos, podemos citar las siguientes:
- Baja eficiencia: la principal desventaja de la carga inductiva es su menor eficiencia y el aumento del calentamiento resistivo dentro del dispositivo en comparación con la carga conductiva mediante contacto directo.
- Más lento de carga: debido a la menor eficiencia, los dispositivos tardan más tiempo en cargar, para una misma la energía suministrada.
- Más caro: la carga inductiva requiere electrónica de accionamiento tanto en el vehículo como en el cargador, lo que supone un aumento de la complejidad y el coste de fabricación.
La recarga inalámbrica se realiza por inducción, sin conexión directa entre el vehículo y la estación de recarga. El principio de inducción es muy utilizado en diversos ámbitos, desde los cepillos de dientes eléctricos hasta las placas de cocina de inducción. Este principio también se puede utilizar para recargar la batería de los coches eléctricos.
La instalación del punto de recarga puede hacerse en el suelo, incluso bajo la superficie del piso, por ejemplo, en la plaza de garaje del propietario del vehículo. Esta tecnología de recarga también puede integrarse en la infraestructura del tráfico, por ejemplo en aparcamientos públicos o en urbanizaciones.
La idea es que el cliente de un vehículo eléctrico no tenga que preocuparse de enchufar el coche a la red eléctrica o a un poste de recarga, sino que disponga de un sistema de recarga fácil de usar, totalmente automático y sin conexiones mecánicas.