Un carrito de supermercado eléctrico es un carrito de la compra equipado con un motor de accionamiento eléctrico. Los carritos de supermercado eléctricos los proporcionan los supermercados, hipermercados y otras grandes tiendas de venta al por menor a aquellas personas con discapacidad física permanente o temporal que puedan tener dificultades para recorrer el establecimiento comercial a pie empujando un carrito convencional.
Características de los carritos de supermercado eléctricos
Los carritos de supermercado eléctricos son carritos de la compra impulsados mediante un motor eléctrico a baterías. Disponen de un asiento, controles para conducirlo y una o más baterías recargables que se pueden cargar conectando el dispositivo a una toma de red cuando no se está utilizando. Llevan además una cesta frontal de grandes dimensiones donde se introducen los productos que el usuario desea adquirir.
Muchos supermercados y grandes superficies disponen de carritos de supermercado eléctricos para las personas con discapacidades físicas permanentes o temporales, como una fractura en la pierna, que pueden tener alguna dificultad para empujar un carrito manual o para desplazarse por la tienda caminando.
Muchos de los clientes que utilizan los carritos de supermercado eléctricos no son usuarios de sillas de ruedas a tiempo completo, sino que los utilizan porque tienen dificultades para recorrer caminando las distancias de una tienda grande o porque les resulta complicado empujar un carrito manual, especialmente cuando está lleno de productos.
Los carritos de compras eléctricos, puesto que están concebidos para desplazarse por supermercados y tiendas de comestibles, suelen estar diseñados para una velocidad máximo de en torno 3 km/h, a diferencia de otros dispositivos de ayuda a la movilidad operados por motores con más potencia, como sillas de ruedas eléctricas o scooters eléctricos para discapacitados, que suelen tener una velocidad máxima promedio de en torno a 7-8 km/h, aunque muchos de ellos son incluso más rápidos. También el chasis es menos robusto, el asiento más pequeño y las ruedas, que suelen ser tres o cuatro, mucho más pequeños que las de otros dispositivos de ayuda a la movilidad.
A la hora de manejar un carrito de supermercado eléctrico se debe proceder con precaución, ya que pueden provocar lesiones cuando son utilizados por personas que no saben controlarlos. Si el carrito se estrella contra un objeto puede resultar herido el usuario, mientras que en caso de atropello puede ocasionar lesiones a otras personas. Para reducir el riesgo de lesiones, la mayoría de los carritos se programan con una velocidad máxima reducida, por lo general no superior a 3 km/h.
Estos carritos están reservados para los discapacitados y por lo general la mayoría de las tiendas no cuestionan la necesidad de usar un carrito y confían en la palabra dada por quien afirma ser una persona con discapacidad. Sin embargo, en algunos casos en los que una persona con una discapacidad no visible solicita el uso de un carrito motorizado, puede ocurrir que le sea negado su uso si los empleados de la tienda no consideran que el cliente tenga realmente una discapacidad. También puede denegarse su uso si se trata de un menor de edad quien solicita utilizar el carrito.
El robo de carritos de supermercado es un asunto que supone un coste añadido para los minoristas, y puesto que el precio muy elevado de los carros motorizados convierte su posible robo en un gran problema para la tienda, los supermercados suelen establecer políticas que prohíben sacar los carros de las tiendas, incluso aunque una persona con discapacidad pueda tener la necesidad de llevar el carro hasta su vehículo para descargar las compras.
A este respecto, debe tenerse en cuenta que el elevado precio de los carritos de supermercado eléctricos hace que su sustracción se considere en la mayoría de jurisdicciones un delito grave, mientras que el robo de un carrito de la compra que no sea eléctrico suele tratarse como un delito menor.