Movilidad sostenible

La movilidad sostenible intenta encontrar un modelo de transporte sostenible alternativo al modelo de transporte basado en el coche particular convencional impulsado por un motor de combustión interna de derivados del petróleo, como gasolina o diesel. Las políticas de movilidad sostenible buscan diversos objetivos, como reducir la congestión de las vías, respetar el medio ambiente, máxima libertad de acceso o reducir el consumo de combustibles fósiles.

Movilidad sostenible

Políticas de movilidad sostenible

Se denomina políticas de movilidad a aquellas actuaciones de las administraciones públicas que pretenden facilitar el desplazamiento de los ciudadanos y su acceso al trabajo, al estudio, a los servicios y al ocio mediante todo tipo de modos de transporte, como vehículos particulares, a pie, en bicicleta o transporte público.

La movilidad sostenible pretende reducir los efectos negativos de un modelo de transporte basado en el coche particular convencional impulsado por un motor de combustión interna de derivados del petróleo, como gasolina o diesel. Algunos de los inconvenientes de este modelo de movilidad son los siguientes:

  • Contaminación del aire.
  • Consumo excesivo de energía.
  • Efectos negativos sobre la salud de la población.
  • Saturación de las vías de circulación.

Las políticas denominadas de movilidad sostenible surgen durante la segunda mitad del siglo XX, por los problemas medioambientales y sociales ocasionados por el modelo de transporte basado en el coche particular de combustión, e intentan encontrar un nuevo modelo de transporte sostenible para evitar los efectos negativos de este modelo de transporte.

La movilidad sostenible persigue diversos objetivos:

  • Acceso universal sin discriminaciones y máxima libertad de acceso para mejorar la integración social de los ciudadanos.
  • Desarrollar un modelo de transporte más eficiente para mejorar la competitividad del sistema productivo.
  • Reducción de la congestión de las vías.
  • Respeto al medio ambiente.
  • Mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
  • No poner en riesgo la salud de los ciudadanos.
  • Incrementar la seguridad en los desplazamientos.
  • Reducción del consumo de combustibles fósiles contaminantes para evitar el calentamiento global.
  • Reducción de la electricidad nuclear para evitar posibles daños al medio ambiente.

Las políticas de movilidad sostenible puestas en práctica por las administraciones públicas pueden ser de muy diversos tipos:

  • Ayudas fiscales y subvenciones a la adquisición de vehículos de propulsión alternativa para reducir el consumo de combustibles fósiles contaminantes.
  • Promoción de prácticas de movilidad responsable para reducir la congestión de las vías, como desplazarse a pie, en bicicleta o en transporte público en lugar de en coche, o compartir un coche entre varios compañeros para acudir al trabajo.
  • Plazas de aparcamiento específicas para vehículos ecológicos.
  • Uso sin restricción por parte de los vehículos ecológicos de los carriles exclusivos de alta ocupación aunque solamente una persona viaje en el vehículo.
  • Ayuda a las empresas para el desarrollo de tecnologías que amplíen las opciones de movilidad sostenible.
  • Campañas de sensibilización orientadas a la población y las empresas para promover prácticas de movilidad sostenible.
  • Diseño urbanístico y gestión del tráfico favorable a la movilidad sostenible.