Pedales automáticos para bicicleta

Los pedales automáticos para bicicleta se fijan a unas zapatillas específicas para ciclismo, permiten enganchar el pie para que el ciclista pueda aplicar esfuerzo durante la subida del pedal y se desbloquean girando el talón hacia el exterior. Los primeros pedales automáticos fueron desarrollados por Look basándose en las fijaciones de esquí y fueron utilizados por Bernard Hinault para ganar el Tour de Francia de 1985.

Pedales automaticos para bicicleta

Características de los pedales automáticos para bicicleta

Los pedales automáticos son el sistema de pedales más evolucionado y vienen a reemplazar a los tradicionales pedales con rastrales o calapiés, que permitían enganchar el pie con una pieza rígida de plástico y una sujeción mediante tiras de cuero u otro material. Los pedales automáticos son más seguros, cómodos y eficientes que los calapiés.

Los pedales automáticos tienen como principal característica que cuentan con un sistema de anclaje consistente en enganches especiales que ajustan perfectamente a las calas, que son la contraparte que está fija en las zapatillas. Este ajuste permite que la aplicación de fuerza durante el pedaleo sea continua en todo el recorrido del pedal, a diferencia de lo que sucede con el uso de pedales convencionales.

Cuando se utilizan los pedales automáticos, diseñados para soltarse con un movimiento lateral, al principio pueden presentarse dificultades para soltar las calas de los pedales, pero se superan con un poco de práctica. Una vez que se dominan los movimientos necesarios para enganchar y desenganchar los pedales, el pedaleo se vuelve mucho más eficiente.

Es muy importante cerciorarse de la compatibilidad de las calas con los pedales automáticos para que el ajuste sea perfecto, ya que existen diferentes marcas y modelos que pueden no ser compatibles entre sí. Los estándares de pedales automáticos más extendidos son el sistema Shimano SPD y el sistema Look, los primeros en salir al mercado en 1984. Cabe mencionar que el enganche debe ser perfecto y no debe darse ningún tipo de juego.

Para que el trabajo de los pedales automáticos sea realmente eficaz las calas ubicadas en la zapatilla deben estar colocadas y sincronizadas con las abrazaderas del pedal, de tal manera que el pie quede en la posición correcta. Debemos recordar que el pie va a permanecer exactamente en la misma posición durante todo el recorrido por lo que si la posición es inadecuada pueden presentarse molestias que pueden ir desde ligeras lastimaduras hasta serios problemas como tendinitis o desgastes en articulaciones. Algunos modelos permiten una cierta libertad angular de movimiento, para evitar este tipo de problemas. También suele ser regulable la fuerza de giro del talón necesaria para liberar el pedal.

Los pedales automáticos requieren unas zapatilla especiales de ciclismo con un sistema de fijación montado en la suela, que encaje en el mecanismo del pedal y sostenga firmemente el zapato al pedal. Para poder utilizar los pedales automáticos es necesario verificar que sus anclajes sean compatibles con las zapatillas, ya que existen diferentes tipos de pedales así como distintos tipos de anclajes. Algunos permiten seleccionar el uso como pedal automático o de plataforma, lo cual resulta muy conveniente para algunos tipos de recorrido como en el caso del ciclismo urbano, donde no siempre se requiere estar enganchado a los pedales.

El diseño de las zapatillas aptas para pedales automáticos puede ser muy variado, pero un factor común es que deben contar con suela rígida para que la aplicación del esfuerzo sea más efectiva y maximizar así la transferencia de potencia. Por esta razón pueden resultar no demasiado cómodas para caminar, sobre todo cuando se trata de hacerlo en terrenos difíciles. Las zapatillas de ciclismo aptas para pedales automáticos pueden ser específicas de carretera o bicicleta de montaña, o utilizables para ambas modalidades:

  • Las zapatillas de ciclismo por carretera suelen ser más rígidas y ligeras que las versiones para bicicleta de montaña y cuentan con un sistema de fijación que sobresale de la suela, lo que hace que estos zapatos sean poco prácticos para caminar, ya que puede dañarse el sistema de fijación.
  • Los zapatos diseñados para el ciclismo de montaña típicamente llevan la cala empotrada para que no sobresalga más allá de la suela del zapato, y disponen de tacos para caminar por los senderos, como a menudo se requiere en el ciclismo de montaña. Respecto a la rigidez, en las zapatillas para bicicletas de montaña se adopta una solución intermedia, de tal manera que la zapatilla tenga rigidez suficiente para una mayor eficiencia de pedaleo, y a la vez sea bastante flexible para poder andar con ellas con una cierta comodidad en terreno agreste.

Las calas de bicicleta de montaña, por lo general se pueden montar sin dificultad en las zapatillas de carretera aunque a veces se requiere un adaptador. Esto no es generalmente posible a la inversa, ya que los sistemas de fijación para pedales de carretera son normalmente demasiado grandes para ser montados en las zapatillas de montaña. Los sistemas de fijación de bicicleta de montaña son más pequeños y suelen estar unidos a la suela del zapato por dos tornillos, mientras que las calas específicas de carretera suelen ser más grandes y están unidas por tres tornillos.