La televisión por Internet, también llamada televisión online, se refiere al proceso de integración de Internet y televisión, y consiste en la transmisión de películas y programas de televisión, a través de Internet (que también lleva otros tipos de datos), mediante la tecnología de streaming, en contraposición a la televisión terrestre que se distribuye a través de un sistema de antena aérea, televisión por cable y/o sistemas de televisión por satélite. Cada vez hay más televisores con capacidad de conexión a Internet.
Qué es la televisión por Internet
La televisión por Internet, también conocida como TV online, es como se denomina la distribución digital de contenidos televisivos, como programas y canales de televisión, a través de Internet, en contraposición a otras tecnologías de distribución de televisión, tales como la televisión terrestre a través de antena, la televisión por cable o la televisión por satélite.
Gracias a las interconexión de medios de comunicación distintos, se ha logrado la TV por Internet, es decir, la integración entre Internet y la televisión, permitiendo que se puedan transmitir programas en directo o pregrabados. Varias empresas de la televisión han optado por ofrecer este servicio permitiendo que muchas personas puedan disfrutar de programas y películas sin restricciones de horarios.
En cuanto a las características principales de la televisión por Internet, normalmente utiliza la transmisión en streaming a través de Internet, para transmitir desde un host de origen hasta el dispositivo receptor del usuario, que puede ser un televisor, un teléfono móvil o un ordenador.
Para poder sintonizar la TV por Internet, es necesario establecer una conexión entre el servidor de streaming de la emisora y el dispositivo receptor del usuario a través de Internet, para permitir la transferencia de programas de televisión. En algunos casos no se requiere un servidor central, ya que la transferencia se realiza directamente de usuario a usuario a través de una red P2P.
La calidad de la televisión por Internet dependerá de la conexión que tenga el usuario a este medio, ya que los distribuidores o proveedores de programas de televisión o películas no pueden garantizar la estabilidad del acceso a Internet. Puesto que la calidad de la transmisión depende exclusivamente de las condiciones de la ruta de transporte, es decir, de Internet, queda en manos del propio usuario la responsabilidad de elegir el equipo terminal y un acceso estable a Internet, en el que no se produzcan desconexiones, a fin de conseguir una TV por Internet de buena calidad.
En cuanto al aparato receptor, puede servir cualquier equipo que disponga tanto de conexión a Internet de banda ancha como de un reproductor de vídeo y audio, tal como un televisor inteligente (Smart TV), un teléfono inteligente, una tableta, una consola de videojuegos, un reproductor de discos DVD/Blu-ray o un ordenador equipado con el software correspondiente. También puede servir como receptor un descodificador que pueda conectarse a Internet mediante un router, y al televisor mediante euroconector o HDMI. El dispositivo de visualización puede ser un televisor, un proyector de vídeo, un monitor de ordenador, un teléfono inteligente o una tableta, entre otros. El acceso a Internet puede ser por cable o inalámbrico, mediante Wi-Fi o Bluetooth.
No todos los dispositivos receptores pueden acceder a todos los proveedores de contenido, ya que muchos distribuidores establecen restricciones en base a la gestión de derechos digitales (DRM). Muchos proveedores tienen sus propias aplicaciones para teléfonos móviles (“apps”) dedicadas a recibir sólo su propio contenido. Algunas televisiones inteligentes y reproductores únicamente soportan un número reducido de proveedores, normalmente basados en la popularidad o convenios comerciales.
Por lo general, la programación o los contenidos de la televisión por Internet son coincidentes con la televisión tradicional. También la publicidad es similar, pero con la diferencia que en la televisión por Internet están presentes los banners superiores, inferiores o laterales, a menudo durante toda la transmisión.
Gracias a esta tecnología muchos eventos de pago han comenzado a ser distribuidos por Internet al mismo tiempo que se han creado distribuidores especiales de programas y películas, a los cuales el usuario se puede suscribir, pudiendo acceder a una gran cantidad de contenido por una cuota o pago mensual. Normalmente estos eventos y suscripciones son distribuidos también a través de páginas de Internet. En el caso de los eventos de pago, el usuario tiene la posibilidad de escoger el momento en que quiere acceder al evento.