El café descafeinado ha sido sometido a un proceso de descafeinización para eliminar la cafeína del café, el 97% según el estándar internacional o el 99,9% según la Unión Europea. Dado que el café contiene más de 400 sustancias químicas que le dan el gusto y el aroma, el objetivo del descafeinamiento es conseguir el sabor del café, pero sin los efectos de la cafeína.
Qué es el café descafeinado
Son varios los procesos por los que tiene que pasar el café antes de llegar a nuestra mesa.
Una vez recolectado se eliminan ramas, hojas, etc. para proceder con la eliminación de la pulpa. Esto se puede llevar a cabo por secado natural o por lavado. El resultado que se obtiene es el llamado café verde.
Es en este punto donde se procede a retirar la cafeína, que es un estimulante del sistema nervioso central. Por su efecto tonificante temporal es también usada médicamente.
Sin embargo, la cafeína puede provocar ansiedad insomnio y algunas otras reacciones adversas, por lo que desde hace mucho tiempo se ha buscado la forma de extraerla del café sin disminuir su sabor y aroma.
En 1903 se produjo por primera vez en forma comercial el café descafeinado bajo el método de Ludwig Roselius, quien sentó las bases para los métodos modernos. Primero se saturan de agua los granos de café y se añade un solvente orgánico de donde se retira la cafeína, y posteriormente se vuelve a saturar el grano para que recupere las sustancias que quedaron en el solvente libre ya de cafeína.
Otro método consiste en saturar de líquido los granos de café para luego retirar la cafeína por medio de carbón activo.
Y un método más para obtener granos de café descafeinado consiste en someterlo a dióxido de carbono bajo presión. No hay riesgo para la salud ya que los residuos desaparecen a una temperatura de 90°, por lo que no resisten el tostado.
Hay distintos estándares para que un café se pueda calificar como descafeinado. La FDA (Food and Drug Administration) en los Estado Unidos de Norteamérica exige que sea retirado como mínimo el 97% de la cafeína, mientras que el estándar para la Unión Europea debe ser del 99,9%.
Aunque conserva gran parte de su aroma y sabor, algo siempre se pierde con el proceso, por lo que esperemos que muy pronto se descubran métodos para obtener un café descafeinado en el que sus cualidades gustativas permanezcan intactas.