A muchas personas les gusta comprar por Internet, ya que es fácil y puede resultar más rápido que encontrar el producto en el centro comercial local. Hoy en día cualquiera puede establecer una tienda online bajo prácticamente cualquier nombre, pero en ocasiones se trata de sitios fraudulentos, ya que los ladrones a menudo combinan la más moderna tecnología con viejas tretas para que la gente les envíe dinero o les dé información personal. Para evitar estafas en Internet se debe estar alerta para reconocer las posibles estafas y fraudes.
Consejos para evitar estafas en Internet
Los ladrones usan diferentes esquemas concebidos para defraudar a millones de personas cada año. Para conseguir que la gente les envíe dinero o les facilite información personal suelen combinar tecnologías sofisticadas con viejas tretas, inventan nuevas variantes de viejos esquemas y presionan a la víctima para que tome rápidamente decisiones importantes.
En la actualidad, cada vez más personas compran por Internet, la compra se procesa rápidamente y podría estar en la puerta de casa al día siguiente. Sin embargo, los ciber-delincuentes abundan por todo el mundo robando y haciendo de las suyas, ganan dinero engañando a las personas que caen en sus estafas. Veamos algunas recomendaciones que nos ayudarán a reconocer y reportar las estafas, para poder evitar el fraude en Internet.
En primer lugar, en el momento de hacer el contacto con la persona de su compra, venta o cualquier otro negocio, no confíe en los datos que a simple vista él le da, puede hacer una búsqueda de su información real mirando en su blog, en su perfil o buscando comentarios negativos de otras personas que hayan hecho negocio con la misma persona. Si no encuentra nada extraño puede hacer la compra y si recibe el producto revíselo que sea lo que usted solicitó.
Al realizar búsquedas en Internet, se debe verificar cada resultado para evitar una posible estafa. Cuando se buscan productos o información en Internet utilizando un motor de búsqueda no hay ninguna garantía de que los resultados sean confiables, cualquiera puede establecer una tienda online. Se debe verificar la extensión del dominio, un sitio .com, .org o alguna otra cosa pueden ofrecer contenidos muy diferentes. Si la dirección web incluye palabras que son variantes mal escritas de nombres de marcas conocidas, no son errores, son sitios fraudulentos. Si encontramos un resultado interesante conviene informarse más a fondo, para ello podemos utilizar un motor de búsqueda ingresando el nombre de la compañía, del producto o del sitio web, junto con las palabras “comentarios”, “opiniones”, “quejas” o “estafa” y ver qué resultados aparecen
Por otra parte, debemos saber qué estamos comprando y cuánto nos costará. Debemos leer atentamente la descripción del producto, palabras como “reconstituido”, “como nuevo” o “liquidación” pueden indicar que el producto no está en excelentes condiciones. Los artículos de marcas renombradas que se ofertan a precios muy rebajados podrían ser falsificaciones. Para conocer el coste total de la compra debemos sumar al precio del producto otros conceptos tales como impuestos, gastos de envío o gastos asociados a determinada forma de pago.
También debemos comprobar las condiciones de la transacción, como la forma de pago, la fecha de entrega y la política de devolución. Debemos saber si podemos devolver el artículo y obtener un reintegro por el importe total, y quién pagará los gastos de envío si devolvemos el artículo. Igualmente debemos conocer la fecha de entrega, y si existen opciones de seguimiento del envío para saber exactamente donde está la mercancía y cuándo la recibiremos.
Respecto a la forma de pago, debemos saber que transferir dinero es lo mismo que entregar dinero en efectivo. Bajo ninguna circunstancia debemos enviar efectivo ni hacer transferencias de dinero. A diario los estafadores engañan a las personas y las convencen para que envíen dinero de forma en transferencia. No se deje convencer tan fácilmente, es preferible pagar con tarjeta de crédito o con sistemas de pago electrónico como PayPal, de esta manera la transacción estará protegida por disposiciones legales, y en determinadas circunstancias el comprador puede abrir una disputa e incluso suspender el pago. Algunas compañías ofrecen una garantía por la que usted no será responsable de ningún cargo no autorizado. Algunas tarjetas de crédito ofrecen garantías adicionales como un seguro y protección de devolución y compras.
Por otra parte, siempre debemos guardar todos los registros de las transacciones que hagamos en Internet. Debemos imprimir y guardar los registros de la transacción, incluyendo la descripción y precio del producto, el recibo de la compra y los email intercambiados con el vendedor. Debemos revisar los extractos de nuestra tarjeta de crédito y estar atentos a cualquier cargo desconocido.
Otra medida básica de seguridad para evitar estafas al hacer compras o ventas en Internet es proteger nuestra información personal. No debemos enviar por email información financiera, tal como los datos de la tarjeta de crédito o la cuenta bancaria, ya que el correo electrónico no es un método seguro para transmitir dicha información. Si vamos a facilitar información personal a través de un sitio web, debemos asegurarnos de que se trata de un sitio web seguro y que la URL comienza con “https”, lo que indica que encripta la comunicación.
Si usted desea colaborar con alguna persona después de alguna emergencia o catástrofe natural hágalo a través de organizaciones o bancos confiables, los estafadores están pendientes de hacer sus robos y aprovecharse de la buena fe de las personas estableciendo falsas entidades de caridad.
Si surgen problemas durante una transacción en Internet, primeramente se debe intentar resolverlos directamente con el vendedor, comprador u operador del sitio. Si no conseguimos solucionarlos, podemos presentar una queja ante las autoridades. Si usted está convencido de haber caído en una estafa es conveniente reportarlo a la policía y/o a la Agencia de protección al consumidor, ellos harán las investigación correspondiente para evaluar el daño causado.