Cámara térmica

Una cámara térmica, también llamada cámara infrarroja o cámara de infrarrojos, es una cámara que forma imágenes luminosas visibles por el ojo humano, tomando como punto de partida la radiación infrarroja emitida por los objetos y seres vivos. De esta manera, una cámara térmica capta longitudes de onda no visibles por el ojo humano pero sí por otros sensores, mostrando una imagen con las distintas temperaturas traducidas en colores diferenciados.

Camara termica

Características de las cámaras térmicas

Las cámaras térmicas, cámaras infrarrojas o cámaras de infrarrojos, son dispositivos capaces de crear imágenes visibles para el ojo humano, captando las emisiones de infrarrojos de los cuerpos que se encuentran en el ambiente enfocado.

Las cámaras térmicas son excelentes herramientas para la visión nocturna, ya que detectan la radiación térmica y no necesitan una fuente de iluminación. Permiten ver en las noches más oscuras, así como a través de la luz de niebla, la lluvia y el humo.

Funcionamiento

Todos los cuerpos están constantemente emitiendo radiación de infrarrojos, de acuerdo a la temperatura que tengan. A partir de esa radiación la cámara térmica forma una imagen que puede ser visualizada en una pantalla.

Estas imágenes muchas veces son monocromáticas, mostrando en blanco las partes más calientes del cuerpo y en negro las de menor temperatura, mientras que las temperaturas intermedias se muestran en matices de grises.

También existen cámaras termicas que permiten visualizar las imágenes en una variedad de colores, dándole a cada rango de temperatura un color, asignado de forma arbitraria. Generalmente el azul se usa para indicar las partes más frías y el rojo las más calientes.

Actualmente las cámaras termicas se utilizan en numerosas aplicaciones, como seguridad, vigilancia, medicina, arqueología, uso militar, control de procesos, detección de incendios o análisis no destructivos.

Tipos de cámaras térmicas

Según la refrigeración del detector, las cámaras térmicas pueden clasificarse en dos grandes grupos:

  • Refrigeradas: incorporan detectores criogenizados que se almacenan en un lugar refrigerado. Estas cámaras pueden tener detectores más potentes y presentar una mayor sensibilidad ante el ambiente enfocado, gracias a la diferencias de temperatura que tienen ante el cuerpo emisor. También pueden alcanzar mayores distancias que las no refrigeradas. En desventaja suelen ser más costosas y consumir más energía.
  • No refrigeradas: trabajan con los detectores a temperatura ambiente, en consecuencia son mucho menos sensibles que las refrigeradas. Su mayor ventaja es que suelen ser más pequeñas y tienen un menor costo.

Veamos cómo se clasifican las cámaras térmicas en función del origen de la radiación:

  • Cámaras infrarrojas pasivas: conocidas también como cámaras termografías, perciben las radiación infrarroja tal y como es emitida por cuerpo detectado. Estas cámaras son las más comúnmente usadas.
  • Cámaras infrarrojas activas: usan un reflector que emite radiación infrarroja que alumbra el cuerpo para que éste sea detectado por la cámara. El reflector con la fuente activa de iluminación puede venir integrado en la cámara o se puede ubicar en un sitio distinto.