Puesto que adquirir una vivienda es por lo general la mayor inversión, la más costosa y a más largo plazo que realiza una familia, ahorrar al comprar la casa es esencial para la economía doméstica. Para ello se deben valorar diversos factores asociados al inmueble que influyen en los gastos familiares, como aislamiento térmico, orientación, calidad de los acabados, plaza de garaje, impuestos, deudas y cuota de la comunidad.
Consejos para ahorrar al comprar una casa
Para comprar una vivienda es necesario que las finanzas personales estén sanas y tener un buen control sobre ellas, más aún si la adquisición se proyecta hacer a través de un préstamo hipotecario, puesto que se trata de un compromiso a largo plazo. La adquisición de una vivienda, además del precio del inmueble, trae consigo trámites y gastos extras que podrían menguar las finanzas personales si no son considerados desde el inicio.
Se deben tomar en cuenta los factores que influyen en el precio del inmueble, como son la superficie de la vivienda, espacio y distribución, aislamiento térmico y acústico, orientación, puertas y ventanas, calidad de los acabados, plaza de garaje y suministros energéticos.
Si se trata de una Vivienda de Protección Oficial (VPO) se deben tener en cuenta los límites que la normativa vigente impone para no ser sujetos a sanciones administrativas y devolución de ayudas otorgadas en caso de incumplimiento. La proximidad de la vivienda hacia los centros de trabajo, colegios, servicios médicos, centros comerciales y centros de recreación reducirá de manera considerable los gastos anuales.
En el caso de existir comunidad de propietarios, se debe conocer la cuota mensual así como solicitar al administrador de la finca el certificado de que la vivienda está al corriente de los pagos, para cancelar cualquier deuda antes de la compra.
El depósito inicial para la compra de la casa generalmente representa un 10% del precio de compra pactado. Es necesario tomar en cuenta un incremento que va del 2% al 10% del precio de la vivienda destinado al pago de impuestos tales como el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). En caso de tratarse de una vivienda nueva se le deben sumar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD), y en caso de un inmueble usado el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) y el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD). Antes de formalizar la compra se debe comprobar si la vivienda está al corriente del pago de impuestos.
Además, es muy importante llevar un control sobre los gastos mensuales. Lo más recomendable es hacer una tabla calculando cuanto se gasta mensualmente en transporte, educación, tarjetas de crédito, entretenimiento, seguros, gastos extras, etc. Es muy conveniente asignar al ahorro en dicha tabla al menos un 10% de los ingresos netos mensuales al ahorro. Una posible reducción en el llamado gasto corriente representará una importante cantidad de ahorro al finalizar el año.
Por otra parte, antes de comprar una casa es muy importante tener en cuenta el presupuesto que es necesario invertir en ella. El porcentaje idóneo para el pago de la hipoteca es del 20% sobre el ingreso neto mensual y el máximo tolerable es del 30%, pero se recomienda no excederse del 25%, pues así se tendrá dinero para el pago en caso de algún imprevisto.