Se denomina novación de hipoteca al proceso mediante el cual se modifican las condiciones de un préstamo hipotecario con la entidad que lo ha concedido. La novación es, junto con la subrogación, que consiste en trasladar la hipoteca a otro banco que ofrezca mejores condiciones, una de las fórmulas que permite la legislación para abaratar los préstamos hipotecarios.
Qué es una novación de hipoteca
Se llama novación de hipoteca a aquel proceso por el cual una entidad bancaria accede a modificar las condiciones de un préstamo hipotecario teniendo en cuenta la solicitud de los clientes y beneficiarios de dicha hipoteca.
Hay que tener en cuenta que la novación de hipoteca no implica una obligación para el banco respecto a nuestra petición, sino que la aceptación estará más bien condicionada por nuestro perfil como clientes, algo que muchos considerarán aspectos subjetivos.
Las novaciones de hipoteca se solicitan para conseguir mejoras sustanciales sobre los aspectos más importantes de un préstamo hipotecario:
- Mejora del tipo de interés que se viene aplicando, muchas veces porque los beneficiarios consideran que el mismo ha quedado desfasado en relación a los cambios y actuales condiciones de mercado, y por tanto, se debe ajustar a los mismos.
- Negociación sobre el importe pendiente, en caso de que el/los beneficiarios necesiten disponer de más liquidez para afrontar los pagos pendientes.
- Negociación sobre los plazos de amortización, en caso de solicitar una prolongación o un acortamiento de este plazo, siempre según las necesidades de los interesados y de acuerdo con su propio balance económico.
- Novación de hipoteca relacionada con los titulares de la misma, ya que se puede tramitar la exclusión de uno de los titulares, por ejemplo, por separación o divorcio de los prestatarios, así como la inclusión de titulares.
En este sentido, es necesario remarcar que la novación de hipoteca es la solución más ventajosa cuando queremos implementar modificaciones en nuestro plan hipotecario, por los pocos requerimientos que se exigen y por los bajos costos que acarrea.
En principio, la novación no requiere incurrir en costes de escritura pública, ya que con un mero documento del banco, a modo de contrato privado, sería suficiente, por ejemplo en caso de reducción del interés fijo o del diferencial del variable.
Sin embargo, las entidades crediticias pueden obligar a suscribir escritura pública para garantizar una mayor seguridad jurídica, por ejemplo en caso de que se modifique el interés fijo contratado por otro variable o viceversa.
La razón por la que los bancos suelen imponer escrituras públicas en casos de novación reside en que sin ella, se dificulta el embargo de la vivienda en caso de impago.
Debemos hacer constar que muchas entidades introducen en sus ofertas hipotecarias cláusulas y comisiones para gravar las posibles modificaciones en los préstamos contratados con sus clientes, lo que encarece la novación.