A la hora de comprar una vivienda generalmente se recurre al préstamo hipotecario, en el que la garantía es la propia vivienda adquirida. Por su importancia en la economía familiar y por su largo plazo, contratar un hipoteca es una decisión que se debe tomar con mucho cuidado, ya que lograr unas buenas condiciones puede ayudar a ahorrar importantes sumas de dinero.

Consejos para contratar una hipoteca
Lo más desaconsejable a la hora de contratar una hipoteca es hacerlo a la ligera, sin evaluar los riesgos para la economía familiar, lo que es fundamental, teniendo en cuenta que se trata de un proceso de pago a largo plazo, con los riesgos que ello conlleva.
Si hemos evaluado lo suficientemente bien el punto anterior, y tenemos decidido contratar una hipoteca, debemos tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Contratar una hipoteca es un trámite que debe realizarse siempre por intermedio de escritura pública y ante notario.
- La finca debe estar inscrita en el Registro de la Propiedad, y a nombre del futuro deudor hipotecario.
- La propiedad no debe tener cargas, por ejemplo, las de una hipoteca precedente, ya que si bien la legislación contempla la posibilidad de rehipotecar una finca, las entidades bancarias no suelen acceder, ya que la primera garantía siempre será preferente frente a la segunda.
- Al contratar una hipoteca, el banco tasará la propiedad hipotecada y concederá entre el 80 y 100% (esto último en caso de avales como garantía). La entidad bancaria también se asegurará de que el coste de la cuota para la familia no supere entre el 30 y 35% de sus ingresos.
- Por lo que respecta a los intereses, se pueden suscribir préstamos hipotecarios con tipo de interés variable o fijo. En los de tipo variable, las tasas de interés se ajustan según las tendencias del mercado, por lo que se ajustan cada seis meses o un año, generalmente referenciados al Euribor. En los fijos, las cuotas y los plazos permanecen invariables hasta que se cancela el préstamo.
- Informarse sobre las comisiones de apertura y comparar la oferta vinculante del banco con las de otras entidades. Las entidades de reciente implantación pueden tener ofertas más convenientes.
- Centrarse en acogerse a una hipoteca que no tenga una gran carga mensual, pero que sea lo más breve posible, siempre con la finalidad de evitar un incremento de intereses.
- Tener en cuenta que la comisión de apertura puede rondar el 1%, mientras que las de cancelación anticipada del préstamo estarán entre el 1 y 3% según el tipo de interés. Cuando se busca una amortización acelerada, dependerá de la cantidad a amortizar y del plazo de préstamo ya vencido.
- Cuando los tipos de interés que se están pagando son superiores a lo deseable, se debe intentar negociar una bajada de estos tipos con la misma entidad financiera (novación), o bien con otra entidad que ofrezca mejores condiciones (subrogación).
- Si la vivienda que se decidió comprar ya está hipotecada, se puede optar por acogerse a esa hipoteca tal como está constituida (subrogación), negociar con el banco nuevas condiciones para la hipoteca inicial (novación) o cancelar la hipoteca inicial para contratar un nuevo préstamo hipotecario en otra entidad bancaria.
- Cerciorarse sobre el TAE (Tasa Anual Equivalente), lo que equivale al coste anual real del préstamo. Se deben comparar las cuotas con cálculo de TAE entre varias entidades bancarias antes de tomar una decisión.
- Calcular los gastos devenidos de la tramitación de hipoteca contratada, como seguros de inmuebles, comisiones, aranceles notariales, impuestos o tasaciones.