Una alerta meteorológica es un aviso en prevención de un posible riesgo potencial de un fenómeno atmosférico adverso previsto que pueda afectar a una región. Una alerta meteorológica se emite cuando el servicio meteorológico dispone de información que indica alta probabilidad de fenómenos meteorológicos adversos con riesgo para la protección de vidas y bienes del ciudadano, manteniendo información continua de su evolución una vez iniciado su desarrollo.
Características de las alertas meteorológicas
Una alerta meteorológica es una alarma o aviso en prevención de un posible riesgo potencial de un fenómeno atmosférico adverso previsto que pueda afectar a una región. Las agencias estatales de meteorología tienen como una de sus misiones básicas vigilar y predecir fenómenos meteorológicos adversos que puedan poner en peligro las vidas y bienes de los ciudadanos.
Así pues, una alerta meteorológica no es simplemente un pronóstico o boletín donde se anuncian las posibilidades de mal tiempo. Una alerta meteorológica se emite cuando el servicio meteorológico dispone de información que indica alta probabilidad de fenómenos meteorológicos adversos con riesgo para la protección de vidas y bienes del ciudadano, manteniendo información continua de su evolución una vez iniciado su desarrollo.
Los criterios para la emisión de estas alertas meteorológicas varían mucho de un país a otro, pero básicamente, los servicios de meteorología se basan en la información de que disponen, para poder pronosticar drásticos cambios de temperatura, temperaturas extremas, fuertes granizadas con granizos de gran tamaño, tormentas, fuertes vientos, etc. que puedan suponer riesgos para las personas.
Una alerta meteorológica no garantiza que lo previsto vaya a suceder, pero sirve para alertar a la población y a las distintas dependencias gubernamentales para tomar las precauciones debidas y prevenir los riesgos en caso de que los eventos se presenten en la forma pronosticada.
Los criterios para la emisión de alertas meteorológicas así como su forma de presentarlas al público incluyendo un código de colores asociado, se establecen a nivel internacional mediante el establecimiento de estándares, protocolos de actuación o recomendaciones por parte de organismos como la Organización Meteorológica Mundial, que se encarga de coordinar a nivel mundial diversas actividades relacionadas con la meteorología.
Estas organizaciones tienen como objetivo proporcionar con la mayor exactitud posible la información meteorológica necesaria, y se enfocan no solo a fines científicos, sino también a la protección de las personas, así como a aspectos de otro tipo como comerciales, industriales, agrícolas, comunicación, transporte, medio ambiente y otros.
En términos generales, las alertas meteorológicas se producen entre otros en los siguientes casos:
- Abundantes precipitaciones en cuencas fluviales o en zonas de inundación.
- Tormentas con fuertes granizadas y ráfagas, cuando es posible pronosticarlas.
- Lluvias o nevadas persistentes y de gran intensidad.
- Temperaturas extremas, olas de calor y de frío.
- Fuertes vientos persistentes.
- Fenómenos costeros.
- Polvo en suspensión.
- Aludes de nieve.
- Nieblas.
- Deshielos.
A nivel internacional se maneja un código con una escala de colores para emitir las alertas meteorológicas a la población. Los colores indicadores son:
- Verde: no existe ningún riesgo meteorológico.
- Amarillo: no hay riesgo para la población en general pero puede haberlo para determinadas actividades.
- Naranja: importante riesgo meteorológico con algún grado de peligro para las actividades cotidianas. Fenómenos meteorológicos poco habituales y con cierto grado de peligro para las actividades usuales.
- Rojo: riesgo extremo. Actividad meteorológica de excepcional fuerza e intensidad. Fenómenos meteorológicos no habituales de intensidad excepcional y con un nivel de riesgo para la población muy alto.
Para la emisión de estas alertas meteorológicas, los servicios meteorológicos se basan en la sincronización de las diferentes fuentes de información, cuidadosos análisis y muchos otros factores que deben ser cuidadosa y meticulosamente procesados, pero con rapidez y eficiencia.
Las alertas meteorológicas se producen valorando ciertos umbrales en los niveles de adversidad que impliquen un riesgo para la población, así como teniendo en cuenta la rareza del fenómeno, ya que, cuanto mayor sea su excepcionalidad, menos preparada está la población para enfrentarse a sus efectos.