Dinero falsificado

Se denomina dinero falsificado es el dinero que se produce sin la conformidad legal del Estado y que se asemeja lo suficiente a la moneda de curso legal como para hacerse pasar por la original. Tanto la producción como el uso de dinero falsificado constituye un delito grave de fraude, ya que podría provocar en los ciudadanos la pérdida de confianza en las autoridades monetarias.

Dinero falsificado

Qué es el dinero falsificado

El dinero falsificado es el resultante de una actividad fraudulenta por el hecho de realizarse al margen de la conformidad legal del Estado en el que circula dicha moneda.

El dinero falsificado está reproducido de tal forma que tiene una gran semejanza con el real, en mayor medida si detrás de la actividad están organizaciones o personas expertas en este delito.

En la mayoría de los Estados con leyes constituidas, tanto la producción como el uso del dinero falsificado son considerados fraude, estando severamente penados.

Es importante destacar que la actividad de falsificar dinero no se fue un proceso progresivo que se instauró con el tiempo, sino que desde el mismo momento en que existió el dinero, se desarrollaron distintos modos de falsificarlo.

En los orígenes del dinero falsificado está la mezcla de metales como el oro y la plata con otros de valor inferior, así como el acuñado de nuevas monedas obteniendo el material mediante el recorte de moneda legal, procedimientos que se dieron cuando se utilizaba dinero con valor intrínseco, generalmente monedas de oro y plata.

Con la aparición del dinero fiduciario en forma de papel moneda sin valor intrínseco, se perfeccionaron los mecanismos de falsificación para la impresión de billetes falsos, ya que la falsificación de billetes es mucho más rentable que la de monedas de metal, dado que los billetes no dejan de ser simplemente papel impreso y el material necesario no supone una parte apreciable de su valor nominal.

El dinero falsificado puede causar graves perjuicios a la economía, a las empresas y a los usuarios, destacándose una reducción del valor real del dinero con la consiguiente inflación, el aumento de la inaceptación del papel moneda, el incremento de la desconfianza en la autoridad monetaria y pérdidas en las compañías por la falta de reembolso del dinero falsificado, entre otros trastornos económicos.

Por ello, la falsificación de moneda de curso legal se ha empleado en diversas ocasiones como arma contra un estado, inundando la economía del enemigo con papel moneda falsificado, con la pretensión de que el valor real del dinero se desplome. Por ejemplo, esta técnica fue utilizada contra sus adversarios por Gran Bretaña durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, por los Estados Unidos durante la Guerra Civil Americana, y por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.

Es por esto que la mayoría de los Estados no se han quedado de brazos cruzados frente a este fraude, y han implementado múltiples medidas con el fin de dificultar y detectar las operaciones de falsificación, como la inclusión de detalles y dispositivos específicos en los billetes, uso de filigranas muy finas, coloraciones especiales, elementos holográficos y uso de marcas de agua.