Los billetes de banco pueden resultar alterados tanto de forma intencional, en una práctica en la frontera entre el arte y el vandalismo, como de forma accidental por factores como manchas, calor, disolventes o el maltrato constante al pasar de mano en mano. El hecho de que los billetes conserven o no su valor legal, dependerá del grado de alteración y manipulación.
Qué es la alteración de moneda
Los billetes pueden resultar alterados tanto de forma accidental por factores como manchas, calor, disolventes o el maltrato constante al pasar de mano en mano, como de forma intencional, en una práctica en el límite entre el arte y el vandalismo.
La alteración intencionada de billetes es una actividad considerada en la frontera entre el arte y el vandalismo. Esta alteración puede efectivizarse mediante inscripciones, sellos, dibujos o distintos añadidos gráficos.
Las finalidades de la alteración intencionada de la moneda pueden ser múltiples: propagandísticas, recreativas, artísticas, y en algunos casos, como transmisión de gustos o tendencias personales sobre distintos temas.
A pesar de que en la práctica los billetes manipulados se aceptan con su valor real para los intercambios comerciales, desde el punto de vista legal, los billetes enmendados y manipulados con mensajes indelebles pueden perder su valor legal.
Pero los billetes pueden alterarse no sólo de forma intencional, sino también por factores accidentales o involuntarios, como el clima, su antigüedad y su constante manoseo al pasar de mano en mano.
La importancia de mantener el papel moneda activo en buen estado radica en que se mantengan intactos sus rasgos de seguridad, facilitando su identificación cuando se trata de billetes falsos.
Los bancos centrales emplean una política de retiro y destrucción de los billetes deteriorados y los reemplazan por otros en buen estado, lo que significa un gasto extra para las arcas del país.
Las recomendaciones que se dan para mantener los billetes en buen estado y evitar alteraciones con el fin de prolongar su vida útil son: que no se arruguen, no se engrapen, no se rayen ni se marquen, y se mantengan alejados del fuego y la humedad.
Igualmente, aunque esto es de difícil cumplimiento, se aconseja guardarlos extendidos, sin doblar.
Si se tiene un billete roto y desprendido en algún sector, conviene sellarlo con cinta adherible transparente. En este caso también existe la posibilidad de acudir a un banco para que evalúen la posibilidad de cambiarlo por otro en buen estado.
El hecho de que los billetes conserven o no su valor legal, y se los pueda usar para pagos o no, depende del grado de alteración y manipulación.