Los centros de mesa para comuniones son centros de mesa con una temática coherente con la celebración de una Primera Comunión, ritual católico por el que una persona, usualmente menor de edad, participa por vez primera en el sacramento de la Eucaristía. Los centros de mesa para comuniones pueden prepararse con una variedad de componentes, tales como flores o frutas frescas, plantas naturales o artificiales, adornos desecados, ramas o velas.

Características de los centros de mesa para comuniones
Desde el punto de vista religioso, recibir cualquiera de los sacramentos es muy importante. Cuando un niño recibe por vez primera la comunión es natural querer compartirlo y celebrarlo con familiares y amigos. Al ser un acontecimiento de gran importancia se desea festejarlo de manera especial, generalmente con un almuerzo o comida y por lo tanto hay que pensar en la decoración del lugar, entre lo que destacan principalmente los centros de mesa.
En las comuniones, los centros de mesa dan la pauta para el tema y el estilo de reunión, por lo que vale la pena tomarse el tiempo necesario para definir lo que se desea.
Aunque una fiesta de primera comunión es un evento familiar al que generalmente asiste una gran cantidad de niños, no se trata de una típica fiesta infantil. Recibir el sacramento de la comunión por vez primera es un motivo más que suficiente para desear dar a la ocasión un carácter de alegría pero también de cierta formalidad y elegancia.
Entre los elementos simbólicos que se incluyen en los centros de mesa para comuniones destacan:
- Flores y follaje, ya sea natural o artificial.
- Frutas.
- Naturaleza muerta.
- Uvas y espigas como símbolo del vino y el pan.
- Figuras decorativas, tales como palomas que representan la paz y al Espíritu Santo, el cáliz, la Sagrada Forma, velas, cruces, rosarios, etc.
- Globos.
- Dulces y golosinas.
Al igual que para cualquier otro tipo de evento, se debe considerar el tipo de mesa en donde se pretende colocar los centros de mesa. Si se trata de mesas grandes rectangulares se pueden colocar varios centros a lo largo de ella o bien uno solo alargado al centro de la mesa. No hay que olvidar que los arreglos deben ser de baja altura y de unas dimensiones que permitan conversar a los asistentes y colocar los platillos, bebidas, etc., con toda comodidad.
Un detalle básico es calcular el peso y la estabilidad de los centros de mesa, tanto por la seguridad de los niños como en el caso del viento en reuniones al aire libre.
Como sucede en cualquier tipo de arreglos y decoraciones, en cuanto a los centros de mesa para comuniones tampoco hay límite para la imaginación. Con muy poco presupuesto y algo de creatividad se pueden lograr centros muy hermosos utilizando en su elaboración dulces, galletas, bombones y otras golosinas, que al final de la fiesta los niños disfrutarán enormemente.