Un solarium es un centro especializado en tratamientos para la radiación del cuerpo con radiación ultravioleta, empleando para ello por lámparas de bronceado en camas o cabinas solares, y cuyo objetivo es generalmente el bronceado de la piel por motivos estéticos.
Qué es un solarium
Se denomina solárium al centro de bronceado que ofrece tratamientos por medio de rayos UVA emitidos por lámparas fluorescentes en camas o cabinas solares. Estas lámparas pueden emitir radiaciones de baja o alta presión.
La radiación de baja presión equivale de 2 a 5 veces a la intensidad del sol, y la de alta presión, que generalmente se aplica a la cara, puede ser de hasta 100 veces.
Actualmente, para muchas personas es una necesidad tener el cuerpo perfectamente bronceado, tanto en hombres como en mujeres, y puede llegar a ser tan importante como llevar un buen corte de pelo.
Pero no siempre es posible broncearse al sol, ya sea por las condiciones climatológicas o porque las actividades diarias no permiten dedicar tanto tiempo a obtener o mantener el bronceado. De ahí el surgimiento y proliferación de los solárium.
Una de las ventajas que la gente toma en consideración al acudir a un solárium es que estos permanecen abiertos hasta muy tarde, por lo que pueden perfectamente acudir por la noche después de la jornada laboral.
Antes de acudir a un solárium es aconsejable consultar con el médico, sobre todo si se está siguiendo algún tratamiento, ya sea en forma oral o tópica, para estar seguros de que no interferirá con el medicamento o que éste pueda causar manchas o algún otro problema.
Al elegir el solárium se deben verificar muy bien las condiciones de higiene y protección que se brinden, así como estar seguros de que se estará en manos de personal especializado.
Las personas con algún tipo de melanomas, lunares abundantes, pecas, piel sensible o demasiado blanca, deben abstenerse de acudir a un solárium.
Los especialistas recomiendan que no se deben tener más de 20 sesiones de solárium por año, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) rechaza su utilización por considerarla cancerígena.