Las lámparas de bronceado, también llamadas lámparas bronceadoras, son dispositivos equipados con tubos fluorescentes que emiten radiación ultravioleta con el objetivo de broncear la piel, por lo que se emplean principalmente en soláriums y salones de belleza.
Qué son las lámparas de bronceado
Se denominan lámparas de bronceado o lámparas bronceadoras a las lámparas que se emplean en las camas y cabinas utilizadas para obtener un tono de piel que iguale al bronceado por los rayos del sol.
Estas lámparas de bronceado generalmente emiten radiaciones UVA, cuya longitud de onda es más larga que las UVB. Las radiaciones UVA estimulan los melanocitos por lo que se activa la producción de melatonina, que es lo que produce el oscurecimiento de tono en la piel, que puede durar entre 10 y 20 días dependiendo de factores como el tipo de piel.
El argumento de los solariums es que uso de lámparas de bronceado ofrece mayor seguridad que broncearse al sol, y la razón que dan es que el tiempo de exposición, la intensidad y el ambiente son controlados, además de que se da especial protección a los ojos. En cambio para broncearse bajo el sol se depende del ambiente, nubosidad, contaminantes, altitud y algunos otros.
Existen también lámparas de bronceado de rayos UVB, cuya longitud de onda es más corta y por lo tanto causantes de quemaduras, ampollas y otro tipo de lesiones de la piel como melanomas y cáncer.
En algunos establecimientos se hace una combinación de ambas frecuencias usando lámparas de bronceado de rayos UVA y UVB para prolongar la duración de los resultados.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) rechaza estas teorías y recomienda abstenerse en lo posible del uso de lámparas de bronceado, y muy especialmente a menores de 30 años ya que de todas formas se trata de rayos UV y los daños pueden resultar aún después de transcurridos muchos años.
Algunos otros organismos lo consideran un método seguro mientras no se exceda de 20 exposiciones anuales a estas lámparas de bronceado.
El uso de lámparas de bronceado requiere de algunas precauciones importantes para minimizar los riesgos de daños irreversibles, por lo que es necesario verificar que los tratamientos sean aplicados por personal especializado y bajo las más estrictas normas de seguridad e higiene.