A la hora de adquirir un colchón, debemos tener en cuenta que es una decisión de gran importancia para nuestra salud, ya que el colchón condiciona en gran medida el descanso, y por ello, la salud. Además, el colchón se renueva por término medio cada 12 años, por lo que al elegirlo, junto con los materiales, el tamaño y el precio, el principal criterio que debe primar es que garantice un buen reposo, puesto que a mejor descanso, mejor salud.
Consejos para comprar colchones
Un descanso inadecuado se refleja en múltiples aspectos de nuestras vidas como la capacidad intelectual y la física, nuestra apariencia, vitalidad, estado de ánimo y otros. También puede ser una de las causas del envejecimiento prematuro.
Por estos motivos, antes de adquirir un colchón, es de suma importancia tomarse el tiempo necesario para revisar la información disponible sobre ellos, conocer sus características, ventajas y desventajas, para después tomar la decisión correcta. Además, debemos tener en cuenta que la vida media de un colchón es aproximadamente de 12 años, por lo que es un elemento que nos va a acompañar durante mucho tiempo.
Los especialistas aconsejan la compra de un colchón que ofrezca diferentes características de elasticidad para cada parte del cuerpo. Por ello, no solamente se trata de elegir un colchón firme. Existe la creencia de que con ello se alivian los dolores de espalda, lo cual es equivocado. Lo que sí es posible, es que el colchón adecuado permita una correcta postura, de tal manera que puede reducir algunas molestias y permitir una mejor relajación.
A continuación se describen los tipos de colchón más usuales:
- De muelles: son los más comunes. Son firmes de manera uniforme, por lo que no se adaptan al cuerpo. Las muelles ceden con el tiempo formando huecos. Algunos tienen los muelles forrados individualmente para un movimiento independiente. En otros casos se trata de un solo muelle tejido de manera continua.
- De látex: tienen la ventaja de que se adaptan al cuerpo de manera uniforme, permiten crear diferentes zonas de confort y los ácaros no anidan en ellos. Se adaptan a la forma del cuerpo ofreciendo un buen soporte. Sus desventajas son el costo y que no transpiran adecuadamente.
- De espuma: son muy económicos pero pierden la forma rápidamente con el uso. Existen diferentes densidades, por lo que algunos resultan más firmes y durables que otros. No tienen propiedades adecuadas para la transpiración.
- Viscoelásticos: también se les llama de memoria. Son de un material que reacciona ante la presión y la temperatura pero que regresa a su forma original al cambiar de posición. Muy adecuados para personas con problemas ortopédicos o que deben permanecer mucho tiempo en cama. Aportan un descanso saludable y placentero, por su firmeza, adaptabilidad al cuerpo, eliminación de puntos de presión y sensación de ingravidez. Su desventaja es que son de los más costosos.
- Viscolátex: constan de un acolchado de espuma viscoelástica y un núcleo compuesto por un bloque viscoelástico y un bloque de látex, que proporciona suavidad y firmeza al conjunto.
Independientemente del tipo de colchón seleccionado, los demás elementos del equipo de descanso son también muy importantes, ya que deben combinarse de manera equilibrada y además adaptarse al físico y necesidades de descanso de la persona que descansa en él. Por eso se debe prestar también gran atención a la base o somier, la almohada y la ropa de cama, puesto que todos ellos conforman el sistema de descanso cuya función es permitirnos dormir y descansar adecuadamente.