Un detector de metales preciosos y oro es un tipo de detector de metales especializado en la búsqueda de metales preciosos, principalmente oro, por lo que dispone de unas características especialmente adaptadas a la búsqueda de pepitas de oro en lo referente a profundidad de detección, discriminación, tecnología, tipo de cabezal o tamaño mínimo del blanco que puede detectar.
Qué son los detectores de metales preciosos y oro
En la actualidad, uno de los usos más extendidos de los detectores de metales es emplearlos para la detección de oro, por lo que existen numerosos modelos especializados diseñados específicamente para las características de las pepitas de oro.
A diferencia de la búsqueda de tesoros como monedas, joyas o reliquias, donde un detector de metales de propósito general dará buenos resultados, para la prospección de oro se debe seleccionar el equipo cuidadosamente.
Podemos encontrar dos tipos de detectores de oro:
- Detector de oro VLF: están basados en circuitos VLF (Very Low Frequency) de muy baja frecuencia, que son ideales para detectar objetos pequeños, pero a costa de una menor profundidad de búsqueda. Este tipo de detectores son muy sensibles al oro, pero también son sensibles a los minerales del suelo, por desgracia muy comunes en las regiones altamente productivas de prospección de oro. Por suerte los detectores VLF cuentan con discriminación, por lo que pueden ajustarse para filtrar la mayor parte de la interferencia mineral.
- Detector de oro inductor de pulsos: los detectores inductores de pulso emiten a menor frecuencia, y tienen su principal fortaleza en que pueden ignorar las más duras condiciones del suelo mineral, por lo que permiten la búsqueda de grandes pepitas de oro a grandes profundidades.
Uno de los aspectos principales a tener en cuenta a la hora de comprar un detector de oro, es la profundidad de prospección, ya que generalmente cuanto mayor es el tamaño de la pepita de oro, a mayor profundidad se encuentra. Con los detectores VLF de muy baja frecuencia se pueden detectar pepitas pequeñas de oro a una profundidad de 3 centímetros, mientras que con un detector de inducción de pulsos se podrán detectar pepitas del tamaño de una moneda a una profundidad de 25-30 centímetros.
Otro aspecto a considerar es el tamaño del plato o cabezal. En general, el plato pequeño permite discriminar mejor entre objetos, mientras que cuanto más grande sea el plato de búsqueda mayor superficie de suelo abarcará y de mayor tamaño serán las pepitas encontradas.
Respecto a la discriminación, los detectores de oro permiten encontrar todo tipo de metales, ya que también localizan metales y chatarra. La mayoría de detectores VLF permiten desconectar la capacidad de detección de elementos de hierro y acero para rechazar la chatarra. Sin embargo, no ocurre lo mismo con los detectores de inducción de pulsos, ya que no están diseñados para filtrar los elementos basura.
El detector de metales es una de las técnicas de extracción de oro más populares entre los excavadores de oro, ya que el dispositivo es fácil de operar y proporciona gran movilidad. Con un detector de metales, una persona puede cubrir caminando una amplia área de búsqueda, explorando sistemáticamente por debajo de la superficie la presencia de pepitas de oro.
Por otra parte, no debemos olvidar que aunque tengamos el mejor detector de oro en el mundo, nuestros esfuerzos no producirán resultados si realizamos la prospección en un lugar inadecuado. Por ello, el tiempo dedicado a la investigación previamente para localizar el sitio correcto será luego recompensado con creces.