Ante una situación de ahogo económico y crisis, con el aumento del desempleo y los salarios cada vez más bajos, es básico disminuir las deudas, para lo que debemos reducir los gastos y aumentar los ingresos. Para ello es fundamental confeccionar un presupuesto, conocer con detalle los gastos que realiza cada miembro de la familia y buscar fuentes de ingresos extras.
Consejos para salir de una mala situación financiera
Una de las premisas más importantes de la economía en todos los niveles, y entre ellas la familiar, es se vuelve insostenible cuando los gastos o las deudas superan a los ingresos o ganancias.
En un contexto de crisis económica, resulta fundamental establecer un plan que permita disminuir deudas y aumentar ingresos. Las principales recomendaciones para lograr que este plan tenga éxito son las siguientes:
- Evitar el derroche, cosa que se logra conociendo exactamente lo que ingresa y lo que se gasta al mes en la economía familiar. Evitar gastos superfluos y dar prioridad a los gastos esenciales es fundamental. También se trata de un ejercicio de autoconciencia, de cambio de ciertos hábitos de vida como los caprichos en el consumo.
- Compromiso de todos los miembros de la familia, ya que todos los miembros deben estar concienciados sobre la necesidad de ahorro, por lo que es conveniente conocer el nivel de gasto de cada miembro para diagramar un presupuesto útil.
- Elaborar un presupuesto con el fin de que el recorte de los gastos discrecionales y variables sea un hecho, y se logre no superar el 90% de los ingresos totales. Ésta se considera una norma de obligado cumplimiento si realmente se quiere sanear la economía familiar.
- En los momentos de crisis es básico conservar el puesto de trabajo.
- Intentar buscar ingresos extra y no descartar trabajos que hubiésemos rechazado en época de bonanza, ya que pueden ser un excelente complemento del trabajo principal. Se trata de tareas a tiempo parcial.
- Leer, clasificar y archivar todas las facturas y documentos recibidos que tienen que ver con pagos mediante un calendario con vencimientos de pagos, para evitar penalizaciones e intereses por demoras.
- Comprobar exhaustivamente todos los extractos de cuentas, recibos domiciliados y resúmenes de tarjetas de crédito, para poder reclamar cualquier cobro indebido cuando se cree que puede haber un error o para poder demostrar que se ha pagado una deuda, en caso necesario.
- Cancelar las deudas más acuciantes y de menor cuantía, así como intentar evitar solicitar un crédito, ya que podría implicar un círculo vicioso de nuevas deudas. Es fundamental no pagar un crédito con otro crédito, puesto que se acaba abonando intereses en lugar de capital, sin conseguir amortizar la deuda que se va acumulando.
- Pagar en efectivo cuando se trata de gastos cotidianos, ya que el pago con tarjeta conlleva un cargo por intereses encarece los productos.
- Vivir dentro de las propias posibilidades e intentar, dentro de lo posible, apartar cierta cantidad de dinero mensual para que ésta constituya un colchón para emergencias o situaciones inesperadas.
- No recortar excesivamente en gastos esenciales, como salud, educación de los hijos, alimentación o formación.