Portabebés de tela

Los portabebés de tela, también llamados portabebés foulard, son portabebés de material textil que sirven para transportar bebés y niños pequeños pegados al cuerpo del adulto. Los portabebés de tela se han usado siempre a lo largo de la historia, aunque con la aparición de las sillas y cochecitos su utilización se redujo considerablemente. Sin embargo, en los últimos años han experimentado un resurgir que se ha traducido en un gran crecimiento en su uso.

Portabebes de tela

Características de los portabebés de tela

Desde épocas muy remotas se sabe del uso de diferentes instrumentos o accesorios para cargar a los bebés de manera que ellos estén cómodos y seguros, y la madre tenga las manos libres, sobre todo cuando se trata de bebés recién nacidos. Entre los muy diversos tipos de portabebé, uno de los más populares es el portabebé de tela.

A lo largo de la historia de la humanidad, el portabebé de tela ha ido evolucionando de acuerdo a las diferentes culturas y épocas, por lo que la variedad tanto de materiales como de diseños es muy grande.

En los orígenes, las madres llevaban a sus hijos pequeños prácticamente colgados mientras ellas cazaban, emigraban o simplemente recolectaban los alimentos. Los métodos y materiales para elaborar los portabebés evolucionaron a partir de pieles y telas que se ataban de diferentes maneras según la edad del bebé y la función requerida del momento, ya fuera a la espalda, a un lado, sobre la cadera o bien de frente para amamantarlo.

En múltiples estudios se ha comprobado que el cargar al bebé y ser amamantado por su madre, además de otros beneficios, refuerza los lazos afectivos entre ambos, y también se ha visto que la proximidad del bebé que procura el portabebés de tela es un estímulo adicional para la producción de leche materna. Por estos motivos, ha resurgido el uso del portabebé de tela, ya que es algo muy sencillo pero que representa numerosos beneficios para el desarrollo del bebé, tanto físico como emocional.

Existen numerosos tipos de portabebés de tela, desde los artesanales que se pueden fabricar en casa a partir de un foulard o tela larga sin costura, hasta los comerciales, más estructurados y que suelen incluir costuras, acolchados o bolsillos. En muchos de ellos, cuando el niño ya no requiere ser cargado, la tela puede dedicarse a otra cosa.

Según la posición, básicamente podemos distinguir dos tipos de portabebés de tela:

  • Tipo bandolera: se usan apoyados en un hombro, a modo de cabestrillo, con el niño centrado en el medio del cuerpo del portador o cerca de la cadera opuesta.
  • Tipo mochila: consisten en una tela larga sin costuras que envuelve varias veces al bebé y al portador, de tal manera que la tela pasa en forma de cruz por la espalda del portador, por lo que el peso se distribuye en ambos hombros.

Los portabebés que soportan el peso del bebé en los dos hombros son mejores para evitar problemas de espalda, mientras que los portabebés tipo bandolera que soportan el peso en un solo hombro, pueden causar o empeorar los problemas de espalda. En cualquier caso, siempre se deben tener en cuenta las recomendaciones sobre el peso máximo del fabricante.

Para elegir el portabebé de tela más adecuado, es necesario tener en cuenta diversos factores, como por ejemplo:

  • Materiales seguros y con propiedades de transpiración.
  • Debe respetar la curvatura natural de la espalda del bebé y no encorvarse en exceso ni cuando duerme.
  • Las piernas del bebé deben quedar en un ángulo natural, como cuando es cargado en brazos, en la posición ranita, con las rodillas más altas que el trasero.
  • Se recomienda que el bebé vaya sentado con el peso sobre sus nalgas, no sobre sus genitales, para favorecer el correcto desarrollo de caderas y genitales.
  • Debe ofrecer soporte a la cabeza.
  • Es muy recomendable que el portabebés de tela resulte confortable también para quien carga al bebé.
  • Adecuada distribución del peso para un mayor confort del portador, a fin de que pueda mantener una postura erguida y anatómica.
  • Facilidad para cambiar de posición al bebé.
  • Buena sujeción y protección contra caídas del niño, incluso cuando el portador se inclina hacia delante.
  • Posibilidad de amamantar discretamente al bebé en público.
  • Facilidad de ajuste.
  • Rapidez y facilidad de hacer y reponer.
  • Comodidad en días calurosos.