Pendientes

Un pendiente es un objeto decorativo que sirve para adornar el cuerpo, que se suele colocar en un orificio perforado en las orejas. Podemos encontrar diversos tipos de pendientes, como los de aro, con colgante o los de clip, sin perforación. Hoy en día los pendientes no se utilizan únicamente en las orejas, sino que mediante el denominado piercing se colocan por todo el cuerpo, por ejemplo en el ombligo, cejas, nariz, lengua o labio.

Pendientes

Qué son los pendientes

Los pendientes son joyas que se lleva colgando, por lo general en las orejas. Suelen tener forma de arete con o sin adornos colgantes. Como ornamento del cuerpo humano se utilizan muy diversos artículos. Hoy en día los pendientes gozan de gran popularidad y se conocen también con nombres como zarcillos, aretes, aros, etc.

Existen una infinidad de modelos y formas de pendientes y se elaboran también en muy diversos materiales. Son únicamente de uso ornamental y generalmente es necesario perforar la parte del cuerpo donde se desea lucirlos.

Los pendientes cuentan con una parte que se introduce en la perforación y una parte externa que es la que actúa como adorno del cuerpo. Para asegurarse de que van a permanecer en su sitio se usan diversos sistemas, algunos son de gancho que se abrocha como un seguro, otros tienen una tuerca que se conoce como mariposa y se ajusta ya sea a presión o con rosca. También existen pendientes que no precisan perforación, que se sujetan mediante un clip.

Los diseños de los pendientes pueden ser muy variados y lo mismo sucede con sus dimensiones. Algunos son muy cortos de manera que quedan pegados al lóbulo de la oreja o a la parte del cuerpo donde se colocan, mientras que hay otros más largos y de piezas articuladas para que con el movimiento del cuerpo también se muevan creando efectos ópticos y frecuentemente de sonido también.

En la actualidad los pendientes se llevan en casi cualquier parte del cuerpo, aunque en la cultura occidental hasta no hace mucho únicamente eran usados en el lóbulo de las orejas y por mujeres. A esta tendencia se le conoce en la actualidad como piercing y cada vez está más difundida, sobre todo entre los jóvenes, quienes se perforan también el cartílago de las orejas, las cejas, la nariz, la lengua, el ombligo, los genitales, etc.

Lo recomendable es usar pendientes ligeros ya que el peso excesivo provoca el estiramiento de la piel hasta acabar con su elasticidad. Este efecto es irreversible y solamente puede arreglarse mediante cirugía.

Los pendientes pueden ser de muy diversos materiales pero para evitar infecciones, alergias y otras complicaciones es muy importante que al menos la parte que penetra la piel sea de un material que no reaccione al contacto con la herida y/o la piel, como acero quirúrgico, titanio, oro o platino.

Cuando se ha decidido llevar pendientes y hacerse perforaciones es absolutamente recomendable acudir a un centro de perforaciones donde se trabaje con absoluta higiene y material esterilizado, y además tener los cuidados necesarios durante el período de cicatrización.