Un fijador para el pelo, también llamado gomina, es un producto cosmético que gracias a sus estructuras viscosas o cristalizantes permite fijar el cabello en una posición determinada, por lo que se utiliza para mantener el peinado en su lugar. El fijador para el pelo se aplica para ayudar a peinar el pelo o después del peinado para mantenerlo durante más tiempo, y puede encontrarse en diversos formatos, como gel, espuma modeladora o aerosol.
Características del fijador para el pelo
El fijador para el pelo se conoce también bajo nombres como fijapelo, gomina, gel y algunos otros, y sirve para que el cabello se mantenga en su lugar después de peinarse, lo que contribuye a ofrecer un aspecto más pulcro durante más tiempo.
El gel o Dep (dip en español) como lo conocemos en la actualidad fue creado por vez primera en los años 60 y su nombre proviene de dietil ftalato (diethyl phthalate en inglés) por lo que por sus siglas se dio a conocer como DEP. Venía en dos presentaciones, regular, en color rosa translúcido y verde, que proporcionaba una fijación extrafirme. Poco a poco surgieron otros fijadores ofreciendo ventajas como un mejor cuidado del cabello, apariencia más natural, secado más rápido, etc.
En la actualidad se siguen vendiendo geles de muy diversas marcas y calidades. Además han aparecido productos para el peinado en presentaciones de lociones, cremas, espumas, ceras, etc., para lograr diferentes efectos.
Historia del fijador de cabello
Desde tiempos remotos se han usado diferentes sustancias para fijar el cabello se ha encontrado en momias egipcias que datan de hace aproximadamente 3.500 años. Esto confirma que los egipcios trataban de conservar el peinado tanto en la vida como en la muerte. En restos más recientes encontrados cerca de Dublín, Irlanda, del Hombre de Clonycavan (entre 392 y 201 AC) se encontró que usaba un tipo de gel elaborado con una resina procedente de España o del sureste de Francia.
Continuamente se han realizado experimentos con diversas sustancias químicas y/o naturales con el fin de lograr un mejor fijador para el pelo que además de preservar el peinado contribuya al cuidado del cabello, para restaurarlo o embellecerlo de alguna manera, ya sea suavizándolo, hidratándolo o fortaleciéndolo. Así se ha recurrido al uso de vaselina, aceites, y otras sustancias como gomas, gelatinas, lacas, ceras, etc., con la finalidad de mantener cada cabello en su lugar.
Hacia 1929 el fijador para el pelo más popular tanto en los Estados Unidos de Norteamérica como en Europa fue el Brylcreem. Posteriormente surgieron algunos otros fijadores que ofrecían aspecto más natural tanto a la vista como al tacto ya que la moda exigía que el cabello no se viera ni se sintiera grasoso. Algunos de ellos al secar dejaban el cabello completamente duro y presentaban el problema de dejar residuos blanquecinos.
En algunas épocas los peinados de moda requerían que el cabello fuera fijado de tal forma que el uso de jugo de limón o tomate como fijador para el cabello era muy popular.