Correr en cinta o correr al aire libre

Correr en una cinta o hacerlo al aire libre son actividades muy similares, pero no son exactamente lo mismo. Por ello, a la hora de elegir entre correr en cinta y correr al aire libre, debemos analizar cuidadosamente diversos factores, como el impacto, el gasto calórico, la accesibilidad, la eficacia y diversidad de los entrenamientos, los objetivos, el patrón motriz del movimiento, la motivación y el coste económico, entre otros.

Correr en cinta o correr al aire libre

Comparativa entre correr en cinta y correr al aire libre

Las cintas de correr son máquinas de gimnasio que permiten correr o andar sin moverse del sitio. Consisten en una plataforma que incorpora una cinta transportadora de caucho y un motor eléctrico, de tal manera que el motor mueve la cinta sobre la cual la persona puede caminar o correr. También existen cintas de correr sin motor en las que es el propio usuario quien impulsa la cinta.

Junto con las bicis estáticas y elípticas, las cintas de correr son los aparatos deportivos más populares, tanto a nivel doméstico como profesional, en gimnasios o centros deportivos.

En ocasiones tendremos que elegir entre correr en cinta o correr al aire libre, veamos las ventajas y desventajas de cada opción:

  • Impacto: ambas actividades tienen impacto, de menor a mayor: hierba, cintas de correr, asfalto, cemento. Por tanto, las cintas de correr tienen menos impacto para las articulaciones que correr al aire libre, siempre y cuando se trate de una cinta de correr con amortiguación para absorber el impacto, de modo que repercuta en menor medida en las articulaciones, tobillos, rodillas y espalda.
  • Gasto calórico: el consumo de calorías por hora es similar, aunque algo inferior en la cinta, ya que por el deslizamiento de la cinta se necesita menos esfuerzo muscular para impulsar el cuerpo. En las cintas de correr no tenemos que vencer la resistencia del viento y el motor ayuda a mantener el ritmo, pero podemos compensarlo incrementando la velocidad y la inclinación de la cinta.
  • Accesibilidad: es más accesible correr en cinta ya que evita muchos problemas asociados al aire libre, como oscuridad, inseguridad, perros sueltos, mal tiempo, privacidad, horario o recorrido inadecuado. Precisamente una de las principales ventajas de las cintas de correr es que permiten ejercitarse en cualquier momento, independientemente de horarios y meteorología, en el hogar o en el gimnasio.
  • Resultados medibles: medir los progresos es más sencillo en la cinta ya que registra parámetros como calorías, distancia, inclinación, velocidad y en algunos casos frecuencia cardíaca, mientras que al aire libre influyen muchos factores que dificultan medir los progresos como el clima, tráfico o peatones.
  • Eficacia: ambas son igualmente eficaces, ya que exigen por igual motivación, gusto por el deporte y régimen nutricional adecuado.
  • Diversidad de entrenamientos: ambas opciones ofrecen una gran diversidad de entrenamientos, desde andar, programas de pérdida de peso o ejercicio aeróbico, hasta realizar series o subir cuestas. Para ello, debe tratarse de una cinta de correr que permita regular la inclinación, para simular subidas y variar la intensidad del ejercicio.
  • Gesto: el movimiento que se realiza corriendo sobre una cinta es muy similar al realizado en el desplazamiento real, con la salvedad de que correr sobre la cinta requiere un menor esfuerzo muscular y un mayor control del equilibrio. En función de la biomecánica particular de cada deportista, algunas personas se sienten muy cómodas corriendo sobre la cinta dado que su patrón motriz apenas experimenta variaciones, mientras que otros no tienen buenas sensaciones, por alterar en mayor medidad su biomecánica. Correr solamente en cinta se considera muy reduccionista desde el punto de vista motriz, lo que puede provocar un reforzamiento de la musculatura flexora así como un debilitamiento de la cadena cinética impulsora. Por ello se recomienda siempre incrementar el ángulo de la cinta al menos el 1% para que correr en la cinta no sea más fácil que correr al aire libre.
  • Motivación: correr al aire libre se considera por lo general más divertido y motivante que correr en cinta, por sus mayores estímulos sensoriales. Para compensarlo, muchas cintas disponen de consola digital, radio, reproductor de música o TV, así como programas preconfigurados con objetivos, retos o juegos, a fin de hacer más ameno y motivante el entrenamiento.
  • Coste: correr al aire libre resulta más barato, ya que el único gasto necesario es el equipamiento básico para correr, mientras que para correr en cinta tendremos que adquirirla o hacernos socios de un gimnasio.

En general, la mayoría de expertos recomiendan combinar la cinta de correr con sesiones de carrera al aire libre, por lo que ambas actividades pueden considerarse complementarias más que sustitutivas. La cinta de correr se considera un buen recurso para empezar a correr en las primeras semanas de un plan de iniciación, así como para realizar sesiones con diferentes pendientes para mejorar la resistencia cardiovascular o que combinen períodos de caminar y correr.