Los altavoces subwoofer son altavoces especializados en las más bajas frecuencias, por lo que están optimizados para los sonidos más graves (20 a 80 Hz). Los subwoofer pretenden reproducir los sonidos más graves para complementar al resto de altavoces, que no suelen reproducir los tonos graves, ni siquiera los full-range o de rango completo.
Características de los altavoces subwoofer
Un altavoz subwoofer es un altavoz especializado en el rango más bajo de frecuencias audibles, por lo que están optimizados para los sonidos más graves (20 a 80 Hz) e incluso frecuencias subgraves de menos de 20 Hz.
Por tanto, los subwoofer pretenden reproducir las dos primeras octavas, las más graves, normalmente entre 20 y 80 Hz, del total de 10 octavas que conforman el espectro completo de audiofrecuencias.
El nombre woofer (ladrador en inglés) procede del ladrido de los perros (woof, ladrar en inglés), empleando una expresión similar a la usada con los tweeter (piador en inglés) o altavoces para agudos (tweet, piar en inglés) y los squawker (graznador en inglés) o altavoces para medios (squawk, graznar en inglés).
Tanto en un sistema de Home Cinema (cine en casa), como en un equipo de alta fidelidad o en equipo de car Hi-Fi para el coche, no existe un buen sonido sin unos graves potentes. Los subwoofer potencian los sonidos graves y se encargan de complementar los altavoces ya existentes amplificando los tonos graves del sonido original.
En principio, se distingue entre subwoofer activos y pasivos. Al igual que los demás altavoces, los modelos activos disponen de una etapa de salida o amplificador incorporado, mientras que los pasivos funcionan a través de un amplificador externo.
En el ámbito de los equipos de sonido o cine en casa, la mayoría de altavoces subwoofer son modelos activos, debido a su construcción compacta y su sencillez de manejo, los cuales tienen en su interior un amplificador dedicado, generalmente con control de volumen, opciones de ecualización, y frecuencia de corte y fase.
Los subwoofer pasivos requieren un amplificador externo y reciben una señal ya amplificada, generalmente procedente de un sistema de sonido multicanal, que disponen normalmente de un canal específico para el subwoofer, denominado LFE (Low Frequency Effects, Efectos de baja frecuencia).
A este respecto, debemos destacar que la directividad de los sonidos reproducidos por los subwoofer es prácticamente inexistente, por lo que el oyente no puede de ninguna manera localizar la fuente del sonido. Por ello, la estereofonía en la reproducción de las octavas más graves carece de utilidad y resulta innecesario grabar/reproducir estos sonidos en más de un canal/altavoz.
Por regla general, el subwoofer se controla mediante un filtro de frecuencias integrado que filtra las bajas frecuencias de la señal y las envía al subwoofer, de tal manera que permite ajustar la frecuencia de separación.
Respecto al diseño de los subwoofer, al igual que ocurre con los woofer, los diseños de altavoces subwoofer basados en una caja acústica tipo caja infinita presentan severas limitaciones físicas para reproducir frecuencias graves, por lo que el tipo constructivo más utilizado hoy en día es el bass reflex (recinto acústico reflector de bajos), un diseño de caja para altavoces optimizado para la reproducción de sonidos graves de bajas frecuencias.
Un aspecto muy importante de la reproducción de los sonidos de frecuencias graves es la fuerte interacción con la sala, de tal manera que es fundamental un adecuado tratamiento acústico de la sala de escucha (absorción y difusión) y la correcta localización del subwoofer respecto a la sala de audición y el observador, pues de lo contrario es frecuente que incluir un subwoofer en un sistema provoque un fuerte deterioro general de la fidelidad del sistema.