Las bicicletas de descenso se emplean en la modalidad de mountain bike denominada descenso o downhill, disciplina que consiste en recorrer a alta velocidad rutas cuesta abajo con pendientes muy pronunciadas en caminos de tierra o rocosos. Las bicicletas de descenso llevan cuadro sobredimensionado para soportar grandes esfuerzos, sistema de doble suspensión trasera y delantera, sistema de frenos de disco y neumáticos anchos.
Características de las bicicletas de descenso
Una importante variante del ciclismo de montaña es el descenso o downhill, modalidad para la que se requiere específicamente una bicicleta de descenso. Estas bicicletas están diseñadas para poder descender rápidamente por pendientes muy pronunciadas y por diversos tipos de terreno, que pueden ser de tierra, pedregosos o rocosos.
Para ello, las bicicletas de descenso cuentan con un sistema de doble suspensión, tanto trasera como delantera, con un amplio rango de movimiento de las suspensiones para una conducción más ágil a velocidades más altas y para amortiguar eficazmente el golpeteo de irregularidades del camino como grietas, rocas, piedras, etc. Suelen disponer de suspensión delantera de hasta 200 de recorrido y trasera con amortiguadores hidráulicos.
Además del sistema de suspensión doble, las bicicletas de descenso cuentan con un efectivo sistema de frenos de disco de al menos 8 pulgadas, para asegurar un frenado lo más preciso posible. También suelen llevar guías de cadena para evitar una salida de cadena accidental, protector de platos y tubo de dirección sobredimensionado para mayor rigidez y resistencia. En ocasiones el ángulo del tubo de dirección es ajustable para adaptar la bicicleta al estilo de conducción preferido del ciclista.
Respecto al cuadro, usualmente dispone de distancias entre ejes larga de más de 45 pulgadas, lo que implica mayor estabilidad pero también una menor capacidad de giro. Dado que las bicicletas de descenso llevan neumáticos de mayor anchura, al diseñar el cuadro se debe tener en cuenta el uso de neumáticos de hasta 3 pulgadas de anchura. Los cuadros de descenso están sobredimensionados para soportar los grandes esfuerzos a que serán sometidos y suelen fabricarse en aluminio, acero al cromo molibdeno o fibra de carbono.
A diferencia de una bicicleta de montaña convencional, las características de diseño más importantes de las bicicletas de descenso son la durabilidad y la estabilidad a alta velocidad, en comparación con los modelos de cross-country, más ligeros y versátiles.
Debido a que las bicicletas de descenso deben estar construidas con un diseño estructural fuerte para soportar el trabajo tan pesado al que son sometidas, generalmente pesan entre 17 y 19 kg, por lo que pueden resultar más pesadas que otros tipos de bicicleta. Sin embargo, esto no supone un inconveniente, ya que por lo general, en la modalidad de descenso los pilotos suelen acceder al inicio del sendero mediante telesillas o vehículos motorizados.
Puesto que la modalidad de descenso es muy arriesgada, los ciclistas deben llevar siempre, además de una bicicleta específicamente diseñada para descenso, todo tipo de protecciones especiales para mayor protección en caso de caídas, como casco integral, guantes completos, coderas, rodilleras e incluso trajes protectores completos.